jueves, 10 de marzo de 2011

Introduccion

En este blog les presentamos todo lo relacionado de los cuentos y leyendas de Honduras.

Les contaremos de nuestras raíces hondureñas que contaban nuestros ancestros y se he transmitido de generación en generación hasta el día de hoy.

También es importante saber todo lo relacionado en cuanto a las creencias que nuestros ancestros y también las historias que nos cuentan nuestros abuelos.

Como nos contaba el abuelo, es bueno escucharlos para prevenir apariciones de malos espíritus como hemos aprendido de malos espíritus aparecen cerca de las montañas, ríos lagos, riachuelos quebradas, puentes. Específicamente nuestros abuelos nos decían que no teníamos que salir a las 12:00 de la madrugada por una quebrada porque en este tiempo empiezan a salir varios espíritus.

Objetivos

Con Este Blog Pretendemos:

-Dar a conocer los cuentos y leyendas de nuestro pais.

-Hacer que estas historias sean conocidas por muchas personas con el objetivo de enriquecer la cultura hondureña.


-Rescatar un poco de la cultura que se ha ido perdiendo por la entrada de culturas extranjeras.

-Que personas de otras culturas se informen acerca de la cultura hondureña a través de los cuentos y leyendas nacionales. 





El Jinete Sin Cabeza


Y el silencioso crepúsculo se arrebujaba entre la dulce meditación en que la llanura solía extasiarse. Las aves herían con su alegre sinfonía la quietud majestuosa de la tarde. Lejos donde el sol parece arder entre el candente pebetero de la lejanía, un grupo de garzas van copiando sus finísimos plumajes en los colores maravillosos de los exóticos paisajes, en cuyos celajes hay tintes de presagio de penas melancólicas. Todo el ambiente parece guardar instantes de santa meditación, y en las copas floridas de los centenarios árboles, el viento arrecuesta sus erizados cabellos.
Es verano. Y toda la llanura está reseca y solitaria, con aquella triste melancolía. Ha sido un atardecer maravilloso, y pronto sus poéticas bellezas devorarán la noche que pronto llegará. Allá en el corredor de la Hacienda, el Viejo Patrón lee con devota atención el periódico del día, volando de cuando en cuando bocanadas de humo de pipa.
Son pasadas las seis de la tarde; este busca tomar un poco de aire fresco. En los corrales, el ganado espera entrar en reposo y de cuando en cuando óyense los últimos gritos de los sabaneros que arrean una punta de ganado de ordeño. La peonada se ha concentrado en la cocina y sentados al contorno de una mesa tosca y ennegrecida saborean con apetito la merienda del día.
Los congos con sus notas de órgano no cesan de cantar el allegro grandioso.
Todo el llano se puebla de sombras y en los corredores de la inmensa casona de la hacienda los candiles lanzan su luz cobriza. Patricia, la hija mayor del Patrón, se ha acercado hasta su lado un poco nerviosa, pues Rosendo, uno de los sabaneros acababa de contar, una terron'tica narración, de las que suelen contarle cuando termina el trajín.
-¿Qué te pasa hija mía? Preguntó aquel viejo, apartando un rato su pipa de su boca, con aquella seriedad de hombre respetable.
-Vieras papá,, que Rosendo estaba contando en la cocina que aquí asustan,, que llega tocias las noches hasta el corredor un jinete sin cabeza.
Una sonrisa picaresca dejó escaparse de entre su tupido bigote.
-No temas hijita, son supersticiones; son leyendas que estos hombres suelen contarse en sus ratos de ocio, para pasar el tiempo.
-Pero papá, dijo la chiquilla, ¿a qué viene esto?
-Yo te lo contaré, escúchame.
-Siendo yo bastante joven, me contaba mi abuela que en aquellos dorados tiempos cuando la hacienda contaba con todas las comodidades del caso, pe celebraba con gran pompa la fiesta del nacimiento del Niño Dios, por supuesto que era una fiesta preparada, donde nadie de la numerosa concurrencia se iba con el estómago vacío. Pues bien, Luciano, muchacho de buenos sentimientos, hijo del Patrón de la hacienda, tenía una novia, la cual quería mucho, por lo cual estaba haciendo preparativos para la boda, cuya fecha fijada sería el 25 de diciembre, en que se casaría con Carmel ita, una preciosa chiquilla, la flor del llano, que había entregado la fragancia de su perfume a un corazón enamorado.
José, sabanero dotado de malos sentimientos, que trabajaba en una de las haciendas cercanas a esta, estando también enamorado de Carmelita y lleno de celos, al saber que ésta pronto se casaría con Luciano, decidió una tarde irlo a "ispiar" al cruce del camino de la plazuela, y así saciar su criminal y cruel instinto.
En efecto Luciano sin saber nada de lo que ocurría, volvía alegremente a la hacienda, cuando al pasar por el lugar, José sin masticar palabra alguna se lanzó encima del desafortunado muchacho descargando su arma criminal y cortándole la cabeza.
El criminal se dio a la fuga y no se volvió a saber más de su paradero. Por eso hija mía cuando en las noches de luna y calma, y el llano duerme entre misterios o secretos, se escucha el trotar lejano de un caballo que viene acercándose a la hacienda, luego se oye que desmonta alguien, entra al corredor después de pasearse largo rato vuelve a montar y se aleja por el llano.
Cuentan los que han visto que es un jinete sin cabeza, es el mismo que en otros tiempos fue víctima de aquella tragedia pasionaria; es el alma de Luciano que busca entre el misterio de la muerte y la realidad de la vida, la linda mujer de sus sueños perdida en vísperas de su boda.
-Ya vez, hijita, esta es la leyenda que Rosendo quiso contarles a los compañeros. Ahora, anda tranquila a dormir, que yo te seguiré, y olvida esa superstición, y que Dios te acompañe.
Patricia después de oir aquel relato, dio un beso a su padre y paso a paso sumida entre un profundo silencio, fue en busca del descanso. En el zaguán sillero, un sabanero al compás de una vieja guitarra, rumiaba sus penas en las dolientes notas de una canción, triste y sentimental, canción que lleva y vuela en la fría brisa de los llanos a ser posadas en las copas florecidas de los árboles centenarios, canción que hace llegar hasta el blando lecho, donde duerme la amada mujer, de sus sueños.

La Lluvia de Peces


Según el folclore, popular, es un fenómeno meteorológico extraordinario que sucede en la ciudad de Yoro, a un kilómetro de distancia, hacia el Suroeste de la población, en la llanura llamada "El Pantano", que limita al Oeste con el cerrito de "El Mal Nombre". Consiste en una lluvia de peces que se sucede anualmente, entre los meses de mayo y julio, iniciando generalmente a las cuatro o cinco de la tarde, con una nube negra, seguida de fuertes descargas eléctricas, que aparece en el cerro de Mata Agua.

Según los habitantes de Yoro, este fenómeno ha venido ocurriendo en esta zona desde hace más de un siglo.
Testigos de este fenómeno señalan que comienza con un oscurecimiento del cielo causado por nubes densas, seguido por relámpagos y truenos, vientos fuertes, y una lluvia copiosa que dura de 2 a 3 horas (comportamiento típico de las tormentas tropicales). Una vez que la lluvia ha cesado, los pobladores encuentran cientos de peces esparcidos por el suelo, aún vivos. Los pobladores los recogen y transportan a sus casas para cocinarlos y comerlos posteriormente.
Los peces son de agua dulce, siempre se los encuentra vivos, y, según los pobladores, no son del tipo de peces que se encuentra en áreas cercanas.
Muchas personas atribuyen la aparición de los peces al milagro de un sacerdote católico español, el padre Manuel De Jesus Subirana, considerado por muchos como un santo. Subirana visitó Honduras entre 1856 y 1864. Al encontrar mucha gente pobre y hambrienta, oró durante tres días y tres noches pidiendo a Dios un milagro que ayudara a los pobres a conseguir alimento.

Pero Varias teorías se han formulado para explicar científicamente, este curioso como interesante fenómeno; pero la que parece más acertada es la que lo atribuye a una tromba marina procedente del Atlántico, por la constante dirección de donde la nube procede, por ir el aguacero acompañado de frecuentes y formidables descargas eléctricas, y por caer invariablemente en la planicie de "El Pantano", en donde, debido a la existencia de minerales de hierro, hay quizá, un polo que atrae a la tromba, en la cual vienen los misteriosos pececillos.



miércoles, 9 de marzo de 2011

El Cadejo


La leyenda dice que tras observar todos los males que aquejaban al pueblo, Dios decidió crear una figura que atemorizara al humano pero con el fin de protegerle. De allí surgió un ser con morfología de perro, con los ojos rojos y de color blanco como las nubes que se encargaría de protegerle. El demonio, enojado por la acción del Padre, formó una copia idéntica pero de color negro, que provoca pavor en aquel que le observa.

Existen por tanto dos cadejos: el blanco y el negro; el primero representa la bondad y a quien se lo encuentre lo cuida. El negro, por el contrario, de ser molestado atacará a quien lo perturbe. Incluso el cadejo blanco eventualmente defiende a quien resguarda al encontrar el cadejo negro en su camino, trabándose entre los dos una fiera lucha.

De este animal se cuenta mucho, El Cadejo se le aparecía a los viajeros nocturnos, algunas veces el cadejo se acostumbraba a acompañar siempre a los hombres, pero solo con los solteros, el cadejo así como defendía a su acompañante, le molestaba que éste no hiciera su voluntad, y cuando se enojaba era muy peligroso porque se convertía en animales de inmenso tamaño.

El Cadejo, cuentan algunas personas se alimenta de sangre de animales, muchas personas cuentan que en ocasiones se atravesaba en la calle y no dejaba pasar a su acompañante, si este se resistía se agrandaba y se le tenía que obedecer, al día siguiente corría el rumor de que más adelante había un asalto, o estaba la Guardia golpeando a todo el que pasaba.

El cadejo en su mayoría no ha sido visto como susto, sino como un ser nocturno de propiedades sobrenaturales, los que lo vieron dicen que era del tamaño de un cachorro, nariz puntuda y al caminar provoca el sonido como los casquitos de una cabra, cuando se siente lejos es que esta cerca quizá junto a uno, y si se siente cerca es que esta lejos.

A menudo el cadejo luchaba con otros espíritus inclusive hasta con hombres para defender a su acompañante, muchos quisieron alguna vez tocarlo pero nadie ha dicho haber podido hacerlo.


La Sucia


Dicen que cierta noche un joven de un pueblo de Santa Barbara salió de su casa a visitar una muchacha que le gustaba, la verdad es que él estaba muy enamorado. Se quedó con la muchacha hasta pasadas de las 9:00 pm. Cuando regresaba a su casa, al cruzar por una quebrada (riachuelo) vio a una joven lavando su ropa por lo que debido a que era de noche y que no había nadie más alrededor trató de seducirla sin que la muchacha le correspondiera y manteniéndolo ignorado sin darle la cara.
Él, abusivo y al sentir el desprecio de la joven, trató de abusar de ella , sujetándola con fuerza y trató de apartar la enorme cabellera que le cubría el rostro de la mujer sin resultado alguno. La mujer se soltó de él y apenas alcanzó a escuchar un ligero sollozo de ésta, pero el hombre no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de seducirla.
Se disculpó por el forcejeo y le dijo que lo único que quería era un beso por lo que la mujer asintió con la cabeza y él se acercó a ella, apartando su pelo para dejar al descubierto su rostro y poderlo besar. Haciendo esto se escuchó el mayor alarido que garganta humana puede escuchar y el hombre salió corriendo volviéndose loco en el acto, y lo único que exclamaba era que había visto una mujer con cara de monstruo y con un aliento pestilente.
Hoy en día se dice que esta mujer se le aparece a los hombres mujeriegos en sitios solitarios de su camino y es muy conocida como La sucia por su costumbre de aparecerse lavando ropa sucia.